“No todo el mundo puede tener la suerte de estar con una mujer complicada.
Suerte sí, porque las mujeres difíciles son como el agua limpia de una cascada, son fuertes, brillantes, sinceras.
Las mujeres difíciles no se conforman, pueden ser tan crueles como el diablo y adorables como el más bello de los ángeles. Huyen a menudo, gritan a menudo, siempre te miran a los ojos…Siempre.
Son difíciles porque son inteligentes, muy inteligentes, incontrolables. Tienen los ojos casi siempre tristes, casi siempre felices, casi siempre las 2 cosas.
Saben amar, pero amar duro, mar fuerte, no puedes detenerlas cuando aman, como no puedes detener una tormenta cuando llega.
Estar al lado de este tipo de mujer es vender tu alma al diablo, significa abrazar la locura, porque estar loco es lo que te hacen sentir.
Luego miras atrás y piensas que tal vez sin ella habrías estado mejor, más tranquilo, más sereno.
Hay quien abandona a este tipo de mujeres, quién se va…Pero puedo asegurarles que nadie las olvida…Porque son terriblemente hermosas, complicadas e irreemplazables.
Yo diría que irreemplazable es la palabra clave.”